30 de marzo de 2009

Capítulo tercero


No recuerdo cuando nos conocíamos, yo diría, que siempre había estado ahí, cerca de mí.
Nuestra historia empezó mal; una noche cualquiera terminamos en su casa; empezamos la relación como nunca se debe de hacer cuando realmente te gusta alguien, de la cama a los sentimientos.
No hubo primera cita, no hubo cenas, cines ni tardes de paseo.
Pasábamos días perdidos en cada pliegue de las sábanas, llegué a conocer hasta el rincón más recóndito de su cuerpo.
Pasó el tiempo, y fuimos avanzando; su cepillo de dientes terminó junto al mío, mi ropa interior mezclada con la suya.
Pasó más tiempo y llegaron las peleas y las reconciliaciones.
Cada discusión, más dolorosa. Cada reconciliación, menos grata.
Siempre conseguí devolvernos la tranquilidad, siempre lo convencía...
Hasta que un día la cuerda se tensó tanto, que terminó por romperse.
Me armé de paciencia, di tiempo, lloré, incluso, llegué suplicar.


Teníamos tantos remiendos, que fue imposible de recuperar.
El momento en el que se marchó:
-Después de la primera vez, se que hubiera pagado lo que sea por follar contigo...
Y se largó, dejándome sucia, sintiéndome utilizada, rota en mil pedazos.
Esa noche marcó el resto de mi vida...
 
Circustancias. Design by Exotic Mommie. Illustraion By DaPino